Viajamos a San Antonio de Areco luego de varios meses queriendo visitarlo. Lo primero que hicimos no bien llegar fue dar con la Plaza del pueblo, impecablemente cuidada. Una fuente en el centro me hace soñar con una tarde calurosa de verano paseando cercana al frescor de sus aguas.
Almorzamos en el famoso "Almacen Ramos Generales" donde pudimos deleitarnos con una rica carne a la parrilla digna de un restarutante de campo. Pan fresco, vino casero y budín de pan. Por supuesto todo combinado con la excelente atención de la gente del lugar que conocen de hospitalidad y buenas costumbres.
Luego de comer paseamos por sus callecitas y visitamos cuanto local ofreciera qué mostrarnos. El frío trataba de detenernos pero aprovechamos cada minuto, cada lugar.
Terminamos el recorrido con un café calentito bien merecido que nos ofrecieron en la Casa de Te Mitre, frente a la Plaza.
Viajamos a San Antonio de Areco luego de varios meses queriendo visitarlo. Lo primero que hicimos no bien llegar fue dar con la Plaza del pueblo, impecablemente cuidada. Una fuente en el centro me hace soñar con una tarde calurosa de verano paseando cercana al frescor de sus aguas.
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